Nos subimos en el autobús y de ahí a Piñar, un pueblecito precioso donde cogimos un trenecito que nos llevó a las cuevas
En las cuevas no nos dejaron hacer fotos, pero lo pasamos genial viendo esa maravilla que las rocas, el agua y el tiempo han formado para que hoy las podamos disfrutar.
En la granja escuela aprendimos a hacer collares, pulseras y cuchillos, tal como los hacía en la prehistoria.
Vimos serpientes, objetos del museo e incluso cómo hacían fuego en el paleolítico.
Y tras un delicioso almuerzo fuimos a ver los animales de la granja con la SUPER-SEÑO LUISA que nos acompañó a disfrutar de este gran día.
Para acabar dimos de comer a un búho e hicimos que trancas y barrancas se posaran en nuestros brazos...
Volvimos a casa cansados, un poquito sucios y con una sonrisa en la cara, pero en definitiva fue ¡UN DÍA FANTÁSTICO! así que sin más remedio, acabo dándole las gracias a nuestro compañero Álvaro por regalarnos este día.
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